Llegando a Loita Hills. Foto: Iñigo Torrens
6-04-2009: Regreso a Loita Hills
Desayuno tempranito y recogida del campamento. Un día precioso, sol y buen tiempo. En un safari como el nuestro el ritual de plantar y recoger el campamento es lo más pesado del viaje. Volver a empaquetarlo todo, guardar las cosas y luego jugar al tetris con el maletero del coche hasta que todo está completamente encajado, sin que se mueva la carga, sin que le entre polvo… Suele pasar como en los barcos: El día que mejor lo haces y más rápido funciona ya el equipo es el día que vuelves a casa y ya hasta la próxima.
Como bien dice Topo, en realidad da igual que vayas un día de camping que 10, ya que tienes que llevar prácticamente las mismas cosas: 2 mesas, 6 sillas, lámparas, bidón de parafina, el “kit” de la cocina, el menaje, lonas, neveras de viaje, baul metálico para la comida, agua potable, vegetales, colchones, tiendas, sacos de dormir, ducha, bidones para el agua de lavarse y cocinar, equipajes, material personal, repuestos para los coches, herramientas… Recuerdo cuando era pequeño y ayudaba a mi padre al pesado proceso de cargar el coche para salir de vacaciones. Protestando por todo lo que llevábamos siempre decía: – El día que vayamos a un safari no se que vamos a hacer… !!!… – Ahora siempre que cargamos el coche antes de un safari me acuerdo mucho de él…
Terminados de cargar los coches nos despedimos de Francheska y de los masais que nos habían acompañado estos días. Pusimos rumbo Este, para entrar en las míticas colinas de Loita. Hacía casi cuatro años que no venía por aquí. Loita Hills fue mi primera parada en un safari, en el año 2002, y fueron unos días totalmente inolvidables. Siempre he dicho que pese a haber conocido ya unos cuantos rincones de África, para mi Loita Hills será siempre la esencia de África, mis mejores recuerdos y mi rincón más auténtico. Hoy regresamos a Loita Hills y me sentía genial, con ganas de ver a los viejos amigos…
El camino estaba espectacular. El paisaje estaba seco pero con ganas de verdear con las últimas lluvias. Las noches anteriores habíamos visto relámpagos que podrían haber caido en esta zona o incluso en Masai Mara. Topo hizo de GPS y encontró la pista hacia Ilkerin. Al internarnos en Loita Hills empezamos a ver gacelas thomson y grandt, alguna cebra, ñues y dik diks. Afortunadamente la pista estaba dura y no ofreció dificultades. Finalmente llegamos a Ilkerin y estaba muy animado, era día de mercado.
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