
Foto: Iñigo Torrens
6-9-07 – Regreso al cráter perdido
Gran desayuno en Kilima viendo la vista de Mara West. Hicimos unas comprillas a los masais del campamento y nos despedimos de ellos y de Dietër. El día estaba soleado y sin viento. Precioso. Bajando el barranco nos cruzamos con Topo y los demás, que volvían del game drive de la mañana (salieron al amanecer en busca de rinos, sin éxito, pero vieron un gran leopardo). Mañana van hacia “Leopard gorge”, menuda envidia. Partimos a la africana, es decir, con una pasajera más. En África no hay vehículos vacíos! siempre se acaban llenando.
Finalmente nos pusimos en marcha hacia Naivasha. Un viaje laaaargo y pesado. La carretera de Mara West hacia Narok está horrible, peor que nunca. Los primeros kilómetros son de risa… Poco a poco fuimos dejando atrás Olololo, Saruni, Musiara… El ipod de Juan e Iñigo conectado a la radio del Land Cruiser sirvió para amenizar. Dejábamos atrás unos días inolvidables en Mara y alrededores y ya empezabamos a pensar en el la playa.

Foto: Iñigo Torrens
En Narok paramos para hacer compras y dar una vuelta por el mercado. Narok es la quinta ciudad más importante de Kenya y es como de risa, tiene más de poblado anárquico que de ciudad, y siempre me han parecido divertidos el contraste entre los masais que acuden desde todo el distrito para vender vacas o comprar suministros, con los minaretes de color verde casi pistacho de la mezquita. El caos africano. Pese a que pasan muchos muzungus (blancos) por la carretera, normalmente los touroperadores les paran en las tiendas de souvenirs de las afueras, por lo que a los lugareños siempre les hace gracia ver blanquitos por las calles y mercados.
Las compras, como siempre, regateo y más regateo. Yo compré unas lanzas para unos amigos y algún collar y pulsera. Luis descubrió los beneficios del trueque con los balones que le habían sobrado. Consiguió muchas cosas a cambio de dos balones. Se los rifaban! Todos me mareaban un poco para convencer a mis amigos que hicieran tratos con ellos… Finalmente nos dimos por satisfechos y continuamos ruta por la peor carretera del Este de África. Polvo, polvo, baches, botes… y varias horas de camino. Comimos el pic nic lunch de Kilima cerca de la carretera.
Llegando a Naivasha la cosa mejoró. La nueva carretera ya está terminada y se nota muchísimo. Por fin llegamos a Ndabibi.

Comprobé que el campamento sigue tan viejecito y descuidado desde la última vez, sin embargo casi han duplicado los precios y no vale lo que están pidiendo. Es una pena. Sin embargo es un sitio que siempre merece la pena ir, pese a todo. Estuvimos tomando una tusker fría viendo la vista y luego nos dimos un paseo hacia lo alto del anillo, para contemplar la vista. Desde allí vimos varios waterbucks e incluso algún bushbuck, de hecho había un macho en el bosque y una hembra a la orilla del lago. Estuvimos un buen rato allí arriba viendo la vista, antes de bajar al campamento.

El safari se acaba y fue una noche especial, recordando las mil anécdotas de esta semana y todo lo que vimos y vivimos. Por la noche tuvimos una fiesta especial en la tienda de Juan e Iñigo…
Mañana nos espera el viaje a Nairobi y el vuelo a Mombasa… y unos días de descanso en las playas de Diani Beach…
Sin duda habrá un segundo Mukora Safari… yo creo que a estos les ha picado el mosquito africano!

menos mal que no has publicado las fotos de la fiesta en cuestión.
Vaya carretera, sí, pero a mí se me hizo menos pesado creo que al adentrarnos al Masai Mara. La carretera era más amena. Un sitio para retirarse, era ese cráter. Q nostalgia!
Es increíble ver Kenia a través de tus ojos!!!!
Hasta que encontré este blog, mi safari me parecía maravilloso, aunque me parece que voy a tener que volver, porque hay muchos lugares a los me encantaría ir, muchos amaneceres que me gustaría ver, y muchas sensaciones que me he perdido…
A ver si el año que viene puede ser……
Nunca se ha montado una fiesta tan divertida con tan pocos medios al alcance…jajaja! El inicio del P.I. de forjó en el cráter de Naivasha, desde luego es un lugar mágico