Una vez más, un año después, volví a Loita Hills. Cuando uno viaja, llama a sus amigos para avisarles de su llegada, les manda un email con su plan de vuelo, o un mensaje al subir al avión para confirmar que no hay retraso. Da igual el número de kilómetros que recorras que cuando bajas allí te están esperando, con una sonrisa y un abrazo.
Cuando viajo a Loita Hills no hay mails ni faxes ni llamadas avisando mi llegada. Pero uno aparece en el bosque junto a la “boma”, y se encuentra a Lentano recogiendo leña, y cuando comprueba que eres tu, su amigo muzungu, su cara se le ilumina y se acerca corriendo. Comprendes que se lleva una gran sorpresa y que en la oscuridad de la sabana, alrededor del fuego, hablará de ello a su gente durante meses. Cuando Lentano, o Kirotie, o Mogue te dan un abrazo con sus fibrosos y fuertes músculos, sientes lo que es una amistad, el cariño más puro y te sientes en casa.
Que un guerrero masai, capaz de enfrentarse a un león, sienta por ti ese cariño, te reciba en su tierra y te dice:
– Paco Lion rafiki oleng!!!! (mi gran amigo Paco León!!!!)
Sientes una emoción absolutamente sin igual, sonries y le haces ver lo contento y felíz que te hace estar allí con el, y que estás deseando que te cuente las novedades y lo acontecido en las colinas en el último año… Ves sus sonrisas, como no paran de darte muestras de afecto, y sientes siglos de África pura correr por tus venas…
Para mi, África, serán siempre los guerreros de Loita Hills…
21 de septiembre de 2005
Foto: Con Kirotie ole Siloma, guerrero masai. Agosto de 2005
hola paco!
Buscando fotos de tribus masai me topé con tu blog! me parece interesantísimo y me encantó este post de encuentro. Es increíble que puedas compartir tu experiencia con estas personas…
no se q cantidad de mensajes como estos recibas, pero espero q si lees mi mensaje sonrías pensando que alguien de México admira lo que haces
Saludos desde la capital de México.
ana lucia