He tenido la suerte y el privilegio de presenciar muchos episodios de la más auténtica Naturaleza en estado puro. A menudo me preguntan los clientes cual es mi animal preferido, o el que más me impresiona. Yo sin vacilar siempre contesto que el león, y es así…
… sin embargo pocas cosas puede haber más impresionantes que ver un leopardo, el chui, el más arrogante y elegante de los animales de la sabana. Nada más verle uno comprende su potencia, su inteligencia, y una arrogancia solo comparable a la de un león.
La piel del leopardo te atrapa, única y caprichosa es increible como se puede mimetizar en su entorno. Sus musculos, su cuerpo, sus garras, su larga cola que a veces le delata cuando descansa sobre una rama…
… Pero lo que lo hace único es su mirada, una mirada capaz de congelarte la sangre, de paralizarte y hacerte sentir lo que es el miedo verdadero. Un efecto que muy pocas cosas pueden hacerte sentir, por no decir ninguna…
El día que sienta la mirada de un leopardo en los ojos de una mujer, me enamoraré para siempre…
… que me miren pronto… mientras tanto pienso en que el chui que hace unos días me miró a un metro y medio en pleno Masai Mara, estará ahora mismo subiendo los restos de alguna gacela a su acacia…
lo pienso y me reconforta… todo va bien…
Texto: 19 de septiembre de 2005
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